Este fin de semana ha tenido lugar uno de los encuentros musicales europeos más esperados de todos los años: Eurovisión. Sí, otra vez nos hemos reunido todos, además de Australia, para unir voces, vestidos curiosos, luces de colores, banderas arcoíris y millones de memes para Twitter.
No es de extrañar esto último pues la noche dio para mucho. Desde la aparición de animales en escena como un gorila, un caballo y un perro, hasta el monumental gallo que se le escapó al representante de España, Manel Navarro, y que casi deja sin símbolo patrio a los triunfadores de la noche, nuestros vecinos de Portugal.
Si ya teníamos pocas esperanzas con este jovencito, su desatino vocal logró dejarnos los últimos de la lista sin obtener más que los cincos puntos conseguidos por el televoto. Claro que por una vez, conseguimos vencer a Alemania y quedar como los campeones por la cola del ranking de la noche. El representante del país de Angela Merkel conseguía tan solo un punto más que España y el penúltimo puesto de la lista.
Pero dejando ya de hacer sangre, llega la hora de comentar el momento más surrealista de toda la velada, cuando un señor espontáneo del público, subió al escenario y, mientras cantaba la ganadora de la pasada gala (Ucrania) se marcó un buen calvo envuelto en la bandera australiana. Este momento con el culo al aire volvió a recordarme, por si se me había olvidado, que estaba en Eurovisión.
Me gusta la moda y sé que han vuelto las hombreras, pero las que lució el ganador Salvador Sobral eran tan descomunales que prácticamente le dejaban sin cuello. Este hecho no deslució para nada su actuación.
El representante de Portugal ganaba el festival con una canción compuesta por su hermana y que me recordaba más a la tradición de la música popular brasileña. Partía como favorito y no decepcionó. Por primera vez en cuarenta y siete años nuestros vecinos lusos vencían en el Eurofestival. ¡Enhorabuena!
Es curioso que para muchos de sus compatriotas, no se haya apreciado el buen hacer del muchacho, que espera un trasplante de corazón, y hayan atribuido la victoria a un milagro de Fátima, después de que este fin de semana, el Papa Francisco haya canonizado a dos de los pastorcillos a los que se les presentó la Virgen hace ahora un centenar de años.
Otra curiosidad de la noche que no pude pasar por alto es que, siendo un evento que celebraba la diversidad, dejó de lado la presencia femenina para presentar la gala y fueron tres los presentadores encargados de conducirla. Eso sí, con chaquetitas tan brillantes que parecían bolas de discoteca.
En fin, que por si alguien lo dudaba, un año más asistíamos a uno de los eventos musicales más extravagantes del panorama televisivo… aún así, no me pierdo el del año que viene. Portugal se lo merece.
¿Cúal fue tu momento favorito de la noche? ¿Qué actuación te gustó más?
Comentarios
Marisa García Sánchez
Jjajajaja...es Eurovisión!Subrealista!Un abrazo!!
Luisa Maria Garcia Repiso
En finn, de todo como en botica. Besos