Seguramente, las vacaciones de Semana Santa sean las primeras que disfrutéis en lo que va de año y, aunque tengamos unas ganas locas de desconectar y lanzarnos a la aventura de visitar la playa, la montaña o incluso quedarnos en la ciudad, jamás debemos olvidarnos del cuidado de nuestra piel.
Sí, al igual que en invierno, la piel requiere los mismos o más cuidados para mantenerse sana, tersa y lozana. ¡No os confiéis con los rayos de Don Lorenzo! Antes de salir a la calle, aunque solo sea para ir a comprar el pan, debéis aplicaros una buena capa de protector solar para que el sol no haga de las suyas. Con esto no quiero decir que no os pongáis morenitas, ni mucho menos, sino que, por favor, lo hagáis siempre con prudencia y bajo el factor de protección adecuado.
Recordad que la piel, tras el invierno, está más desprotegida de lo habitual al haberla tenido “más cubierta”. Entre las cremas de la rutina beauty y el uso de gorros, bufandas y demás, hemos estado protegiendo con sumo cuidado el estado de la piel y, con la llegada del buen tiempo y querer llevar el rostro despejado, la piel es mucho más susceptible a los rayos del sol y todas las agresiones externas a las que nos sometemos diariamente.
Así que, si vuestra crema hidratante de día no lo incorpora, haceros con un buen protector solar que se absorba rápido, no deje sensación grasa y sea duradero y eficaz. Aunque cada piel es un mundo y dependiendo de su fototipo necesitará un factor de protección y otro, lo que debéis tener claro es que, si vuestra piel es sensible y delicada, el factor mínimo de vuestra crema ha de ser de 15 si queréis evitar rojeces o alergias.
Es más, os aconsejo que os hagáis con un sombrero o pañuelo bonito que os ayude a protegeros de la incidencia directa de los rayos en la piel. Eso nunca está de más y os ayudará a ir a la última 😉
No olvidéis que las horas con más intensidad lumínica son las que transcurren entre las 13 y las 16 horas así que, en esta franja, por favor, evitar tomar el sol e incluso estar en la calle. ¡Los días ya son bastante más largos y tendréis tiempo para todo!
En cuestión de maquillaje apostad por los resistentes al agua o permanentes y, por supuesto, una barra hidratante y humectante para los labios.
Durante los viajes, especialmente si son de muy largo recorrido, tampoco olvidéis el factor de protección. Los cristales de coches, autobuses, trenes o aviones no protegen del sol. De hecho, son bastante perjudiciales ya que provocan un efecto lupa que, tras una exposición prolongada, puede llegar a provocarnos quemaduras.
¡Tampoco os confiéis en los días nublados! La radiación solar es capaz de atravesar el 40% de las nubes y, aunque no sintamos exactamente lo mismo que cuando nos dan los rayos del sol directamente, la radiación está ahí y debemos protegernos igualmente.
Por las noches, una vez en casa, no olvidéis desmaquillaros antes de aplicaros vuestra crema hidratante de confianza para evitar que la piel se reseque y deshidrate.
Comentarios
Luisa Maria Garcia Repiso
Gracias por los consejos.