Aceite de uva y sus beneficios cosméticos

El conocimiento de los beneficios de la uva se remonta a miles de años atrás, pues en la historia ha quedado constancia de cómo egipcios y filósofos griegos la consumían en forma de vino haciendo referencia a su gran poder sanador. Lo que hoy en día conocemos como aceite de uva es, en realidad, el aceite obtenido de las semillas de la uva, con un alto contenido en ácidos grasos esenciales oleico y linoleico. La obtención del aceite puede hacerse por presión en frío, por extracción supercrítica o incluso mediante solventes.

El linoleico es un ácido graso poli-insaturado que es esencial para el metabolismo humano. Se les llama esenciales porque son imprescindibles para el buen funcionamiento del cuerpo (incluida la piel). Sin embargo, el organismo no es capaz de sintetizarlos por él mismo, por lo que está obligado a conseguirlos del exterior  mediante la alimentación o, en el caso de la piel, a través de un cosmético.

El aceite de pepitas de uva, además de ser rico en ácidos grasos insaturados y esenciales, contiene una cantidad importante de fitosteroles, fosfolípidos y vitamina E, lo que le confiere un gran poder reparador y protector de la piel.

También es inodoro, con lo que es perfecto para usarlo de base. Es decir, se puede aplicar puro directamente sobre la piel, o bien podemos diluir en él otros compuestos liposolubles o incluso aceites esenciales, que no deben ser empleados más allá de ciertas proporciones.

Estos aceites de base cosmética se clasifican en función de su viscosidad, sensación grasa y por su velocidad de absorción en la piel. Los aceites ligeros son aquellos que se absorben con facilidad y no dejan residuo (como el de arroz), más aptos para pieles mixtas y grasas, mientras que los aceites espesos, tipo rosa mosqueta o de coco, deben evitarse sobre pieles acneicas. El aceite de uva puro se considera intermedio.

Otro aspecto por el que destaca el aceite de uva en el mundo de la cosmética es que está especialmente indicado para el tratamiento de pieles agredidas o dañadas. Sus cualidades regenerativas refuerzan la función barrera de la epidermis, haciendo que la piel pueda retener mejor el agua. Al perder menos agua a través del estrato córneo (capa más externa de la piel), permite a la piel un mejor control de la hidratación y a mantenerse hidratada. Además, sus ácidos grasos son fundamentales para el buen mantenimiento del cemento intercelular.

Por supuesto, el poder antioxidante del aceite de uva lo convierte en un ingrediente antiaging, inhibiendo las reacciones perjudiciales en la piel como consecuencia de agente externos como los rayos solares o las inclemencias del tiempo, por poner un par de ejemplos. ¡Pero, cuidado! Eso no quiere decir que debamos usar aceites de ningún tipo para tomar el sol, ¡el uso de un buen fotoprotector es imprescindible para ello! Además, sus propiedades emolientes suavizan y calman la piel, siendo muy respetuoso con ella.

Concluyo aunando los beneficios cosméticos del aceite de uva, presente en diversos cosméticos ESDOR, pues son muchos y variados: podemos usarlo como emoliente, protector y antiaging; emplearlo para el aporte a la piel de ácidos grasos esenciales que el cuerpo por sí mismo no es capaz de producir; su poder antioxidante; idóneo para cualquier tipo de piel… Por último, y dado lo agradable de su textura, también puede ser empleado como lubricante en el afeitado.

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