Cada vez somos más los que nos lanzamos a la aventura de descubrir los secretos que la Naturaleza guarda. Diría que nos hemos cansado de los habituales traslados a la playa para desconectar en verano a cambio de una experiencia única y llena de encanto. Si aún no has tenido la suerte de ir a alguna de las piscinas naturales que existen por la geografía española, te recomiendo no perder mucho más tiempo y visitar la que más cerca te pille.
Da igual si estas piscinas en plena naturaleza son consecuencia del paso de un río, enormes “socavones” en los que se ha quedado atrapado algo de mar o, sencillamente, no son más que manantiales. Lo importante es que, en plena zona rural, nos topamos con una piscina 100% natural en la que el ser humano solo ha intervenido para facilitar su acceso a los visitantes.
Recordando el debido cuidado que le debemos al Medio Ambiente y, manteniendo cierto grado de civismo, os recomiendo al menos una visita a las que considero las mejores piscinas naturales de España.
Gulpiyuri, en Asturias
Si bien no podemos dejar de lado las Termas de Ourense, en esta ocasión prefiero centrarme en las maravillas de esta pequeña playa asturiana. Sí, a pesar de estar en el interior, entre Ribadesella y Llanes, Gulpiyuri es una playa, ya que el agua de esta piscina natural proviene del mar que se cuela tierra adentro a través de un túnel entre las rocas. Está a menos de 15 kilómetros de Llanes, con lo que llegar a ella es súper sencillo.
Piscina natural de Beceite, en Teruel
Llegando a la comarca del Maestrazgo descubrimos la ruta del Parrizal de Beceite. Gracias a la acción del río Matarraña en la roca, los cañones y estrechos por los que fluye el agua conforman una de las piscinas naturales más espectaculares de toda España. Llegar a ella supone un recorrido media de casi dos horas pero el camino es de fácil acceso con lo que ir en familia no supone ningún impedimento.
Garganta de los Infiernos, en Cáceres
En pleno valle del río Jerte nos esperan 13 espectaculares piscinas naturales que, junto a tres glaciares (San Martín, de la Serrá y de los Asperones), componen lo que se conoce como Garganta de los Infiernos. No es de extrañar que, con tanta riqueza natural, la zona se incluya dentro de la Red de Espacios Naturales de Extremadura.
Fuentes del Algar, en Alicante
Muy cerquita de Benidorm y a tan solo 3 kilómetros de Callosa d’en Sarrià se encuentran las preciosas Fuentes del Algar, declarada Zona Húmeda protegida. Cascadas, aguas turquesas, riqueza medio ambiental… la única pega que podría ponerle a estas piscinas naturales quizá sea la saturación de visitantes. Aunque no es de extrañar, pues la zona es única.
El Charco Azul, en El Hierro
Si lo que buscáis es algo más tranquilo y con vistas al océano no encontraréis nada mejor que el par de piscinas naturales de El Golfo, en El Hierro. Llegar a ellas supones sus buenos 15 o 20 minutos de caminata pero os aseguro que merece la pena.
Lagunas de Ruidera, a medio camino entre Albacete y Ciudad Real
En el campo de Montiel, entre las 4.000 hectáreas del parque natural de las Lagunas de Ruidera, descubro las 16 lagunas interconectadas entre torrentes y cascadas. Deja los molinos de lado de momento y déjate embaucar por la belleza de este rincón manchego en el que podrás practicar diversos deportes acuáticos como piragüismo, buceo o vela.
Estas son mis piscinas naturales favoritas, pero aún hay muchas más por descubrir. ¿Conoces alguna que no haya mencionado? Convénceme para ir a ella en mi siguiente escapada 😉
Comentarios
Marisa García Sánchez
Que maravillas, gracias!??
Luisa Maria Garcia Repiso
Que sitios mas maravillosos. Hay que descubrirlos. Besos