Queridos #esdorlovers, soy consciente de que el objetivo que buscáis a la hora de utilizar un cosmético es tener una piel en perfectas condiciones, hidratada, tersa y fresca.
Sin embargo, no siempre se tienen claros los beneficios de un producto u otro. Hoy os explicamos en qué se diferencia una crema hidratante de un sérum. ¿Sabéis cuál de los dos os conviene más? ¿Quizá los dos?
Lo realmente importante a la hora de utilizar un cosmético determinado, es que cubra las necesidades para el cuidado de nuestra piel. Sí, debemos conocer qué necesita para poder emplear una crema o un sérum. Será en función de las características y el estado de la piel lo que determine qué textura elijamos.
¿Qué es una crema hidratante?
Toda crema hidratante no es más que la mezcla de varios componentes más o menos líquidos a cierta temperatura y que son insolubles entre sí, es decir, que no se mezclan (como el agua y el aceite). Sin embargo, tras someterse a diversos procesos, se consigue una emulsión completamente ligada. La mezcla de estos ingredientes da origen a una crema de textura fina y muchas veces untuosa, aunque también puede ser algo más ligera.
Las cremas hidratantes más untuosas o densas (a veces se las denomina ricas) se suelen recomendar a aquellas personas con la piel seca y tirante. Pero las pieles grasas también requieren de cremas hidratantes, aunque en este caso deberán ser más ligeras y con pocos ingredientes oclusivos. Es imposible que la piel afronte los rigores del frío en invierno o la sequedad en verano sin una ayuda de una crema hidratante, ya que no solo aporta grasa, también nutrientes, lípidos o ceramidas.
Podríamos decir que las cremas hidratantes son un básico, esencial para tener la piel en un buen estado y lo más protegida posible frente a las agresiones externas. Se hace imprescindible su uso, tanto de día como de noche, para tener una piel hidratada, sana y equilibrada.
¿Qué es un sérum?
Por su parte, los sérum son productos mucho más ligeros, que pueden ser emulsiones fluidas o productos que recuerdan más a un gel poco denso. Pero sea cual sea su textura, casi siempre son productos con una gran concentración de principios activos.
Gracias a su fórmula, su absorción es muy rápida y a diferencia de las cremas, permite la aplicación simultánea de varios de ellos e incluso después una crema. De esta manera permite personalizar muchísimo el tratamiento, no solo para adaptarlo a tu tipo de piel general, sino al estado en el que se encuentre durante un día o una temporada concretos. El objetivo del sérum es ofrecer un tratamiento potente para necesidades y pieles específicas.
Debido a su textura de fácil aplicación y a su alta concentración de activos, basta con aplicar una pequeña cantidad de sérum para cubrir la piel del rostro y el cuello en busca de los beneficios deseados. El efecto del sérum suele ser más rápido que el de una crema hidratante habitual, así que al poco tiempo de empezar a usarlo notarás que la piel se vuelve más luminosa, tersa y brillante.
Sin duda, los sérum más consumidos son los específicos para luchar contra el anti-aging.
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Entonces qué usar, ¿crema hidratante o sérum?
Teniendo clara la premisa de que la crema hidratante protege y el sérum repara, llega el momento de la pregunta más formulada: ¿Qué uso, crema hidratante o sérum?
Mi respuesta es que os decantéis por emplear ambos productos. Los sérum pueden emplearse perfectamente como tratamientos complementarios al uso de cremas hidratantes, son productos complementarios.
Podéis aplicaros el sérum antes de la crema para dejar la piel preparada para que la hidratación y protección que ofrece ésta sea aún más efectiva.
Aplicando ambos cosméticos, conseguiréis resultados a corto y largo plazo.